Olvídate de raquetas y peloteo: el “Ping Pong Show” es un espectáculo para adultos donde mujeres realizan habilidades imposibles con su cuerpo, siendo la más famosa la de lanzar pelotas de ping pong… desde donde menos te lo esperas. Pero hay mucho más: dardos, globos, rotuladores, incluso abrir botellas. Todo con un aire de cabaret bizarro y una mezcla de risas nerviosas y ojos como platos.

¿Cómo surge este fenómeno?

La leyenda urbana cuenta que estos shows nacieron en la época de la Guerra de Vietnam, cuando los soldados estadounidenses venían a Tailandia buscando diversión y algo más que Pad Thai. Los bares de las zonas rojas vieron el filón y, con el tiempo, el espectáculo se convirtió en una especie de rito turístico clandestino. Hoy, aunque no es oficialmente legal, forma parte del folclore nocturno tailandés y la curiosidad de miles de viajeros.

¿Qué te puedes encontrar?

• Promotores insistentes: Desde el primer “hello mister”, te ofrecerán todo tipo de planes: chicas, trajes a medida (¡cuidado con la estafa del sastre!), masajes… y, finalmente, el famoso ping pong show.

• Ambiente peculiar: Locales pequeños, luces de neón, turistas de todo el mundo y un ambiente que oscila entre lo cómico y lo incómodo.

• Precios variables: El truco está en preguntar SIEMPRE el precio antes de entrar y antes de pedir bebida. Hay quien paga una cerveza… y quien acaba con una factura digna de hotel cinco estrellas.

• Prohibido grabar: Olvida las fotos y los vídeos. Aquí la privacidad es ley y los porteros no tienen sentido del humor.

😁 La sonrisa tailandesa: el superpoder nacional

¿Sabías que en Tailandia existen más de una docena de sonrisas diferentes? No es broma: aquí, la sonrisa es como el comodín de una baraja, ¡sirve para todo! Hay una sonrisa para pedir perdón, otra para decir “no” sin que te duela, una para cuando estás nervioso y, por supuesto, la auténtica de felicidad.

Esto lo notas en cuanto pones un pie en el país. Por ejemplo, cuando un taxista te propone ir a un ping pong show (o intenta venderte un traje “a medida”), lo hace con la mejor de sus sonrisas. Y si le dices que no, ¡te regala otra aún más grande! Aquí decir que no no es incómodo: es todo un arte, y la sonrisa es la herramienta secreta para mantener el buen rollo.

Así que ya sabes, la próxima vez que vivas una situación surrealista en Tailandia, sonríe como un local. ¡Funciona mejor que cualquier frase en tailandés! 😄

Mi primera vez: entre el desconcierto y la carcajada

Recuerdo mi primer viaje a Tailandia, cuando un taxista se empeñó en llevarnos a “ping pong mark”. Primero nos ofreció chicas (rechazado, gracias), luego la clásica parada en una sastrería (¡ni hablar!), y al final, casi por agotamiento, acabamos en la puerta de un ping pong show. Entramos por pura curiosidad y salimos con una historia que todavía hace reír a mis amigos… y que, por supuesto, cuento con más detalles en mi libro.

¿Debes ir? ¿Es para ti?

El ping pong show es una experiencia tan única como polémica. Algunos salen fascinados, otros incómodos, y muchos con una anécdota inolvidable. Es parte de la Tailandia nocturna, esa que no sale en las postales, pero que existe y forma parte de la aventura.

¿Te has quedado con la intriga? ¿Quieres saber cómo termina la historia y qué otras sorpresas esconde la noche tailandesa?
Descúbrelo en mi libro “Tailandia: Más allá de las postales”, disponible en Amazon y Apple Books. Porque viajar es mucho más que ver templos… ¡es vivir historias que no te atreves a contarle a tu madre!